Especiales aspectos de la vida de Audito Gavilán Tapia (1937-2017)

ESPECIALES ASPECTOS DE LA VIDA DE AUDITO GAVILÁN TAPIA (1937-2017)
Nuestro amado padre, Audito Gavilán Tapia nació en Puerto Domínguez, Provincia de Cautín (IX Región), el 29 de junio de 1937. Sus padres fueron Manuel Gavilán Calbún y Elena Tapia Velásquez.
Realizó sus primeros estudios en Nueva Imperial, donde laborando en el Liceo de la ciudad, conoció a la joven profesora santiaguina, Thala Evelina Rojas Cortés, con quien casó el año 1961. A lo largo de los años, nacieron Talitha, Luis Manuel, Victoria, Alejandro y Millaray.
Ya casado estudió en la sede Temuco de la Universidad de Chile la Carrera de Bibliotecólogo. Se desempeñó como tal en el mismo Liceo, para luego asumir en noviembre de 1970, la honrosa responsabilidad de Gobernador del Departamento de Imperial, nombrado en dicho cargo por el recién asumido Presidente de Chile, Sr. Salvador Allende Gossens, hasta el 11 de septiembre de 1973, al producirse el golpe militar instado por la derecha política y los intereses capitalistas norteamericanos.
Nuestro padre estuvo detenido y con paradero desconocido, pero gracias al apoyo de amigos y principalmente familiares, nuestro papá regresó a casa.
Tiempo después las nuevas autoridades lo ubicaron junto a su esposa en labores en la ciudad de Temuco. Audito en la Biblioteca del Liceo Pablo Neruda de calle Balmaceda y Thala, una cuadra más allá, como docente de Historia en el Liceo Gabriela Mistral.
Poco tiempo después, nuestro padre fue relegado a la ciudad de Bulnes, donde se incorporó a labores propias de su profesión en la biblioteca del Liceo Manuel Bulnes. Un año después, la familia completa dejó Temuco y llegaron a vivir el 1° de junio de 1976 a la ciudad de Chillán, sector Chillán Viejo, hoy Comuna. Desde allí Audito siguió aportando generosamente con el avance social de la comunidad como integrante de la Directiva de la Junta de Vecinos N° 5 de dicho sector.
Los hijos fueron paulatinamente ingresando, con mucho esfuerzo familiar, a los estudios universitarios.
Mamita Thala se desempeñó como docente en el Liceo de Niñas Marta Brunet hasta que la educación pasó a depender de las municipalidades, sufriendo la pérdida de su fuente laboral en la llamada exoneración de profesores. Debió cumplir labores docentes en varios Establecimientos Educacionales Particulares, hasta cumplir con los años necesarios para una digna jubilación.
Por su parte, nuestro padre, pasó a desempeñar funciones por varios años como Director de la Biblioteca Municipal de Bulnes, hasta que habiéndose recuperado la democracia en el país, fue contratado por la Municipalidad de Chillán para hacerse cargo de la Dirección de la Biblioteca Municipal de dicha ciudad, pudiendo así estar más cerca de su esposa e hijos.
Nació en los chillanvejanos el anhelo de volver a ser Comuna como ya lo había sido años antes, desafío al cual Audito se sumó junto a otros vecinos promocionando este sueño a través de un programa radial que se denominó "Radio Bernardo O´Higgins". Cuando el proyecto se concretó, fue distinguido con una Medalla que también recibió el ex Mandatario Patricio Aylwin en mérito al apoyo a la creación de la Comuna.
Audito Gavilán fue candidato al Municipio, no logrando su propósito la primera vez, pero posteriormente asumió el cargo de Concejal por períodos consecutivos hasta retirarse de dichas labores el año 2016.
Thala y Audito participaron hasta los días de su fallecimiento en la Corporación Histórica y Cultural "Bernardo O´Higgins" de Chillán Viejo.
Nuestra madre publicó un bello libro de cuentos femeninos que distribuyó entre amigos, familiares y lectores de grupos culturales de Chillán y Chillán Viejo ("Destinos", Ed. La Discusion, 2013)
Con nuestra madre aquejada en su salud, Audito se concentró en su familia que sufrió la partida de nuestra amada madre el 7 de enero de 2017, tras prolongada enfermedad.
Este tiempo reciente vivimos una vida familiar más unidos, recordando con amor y gratitud a la mamita.
Nuestro padre recibió numerosos homenajes por su labor en bien de la comunidad al dejar la Biblioteca Municipal hasta fecha reciente, por parte de la Municipalidad de Chillán Viejo y por su amado Partido Socialista, cuando con mucha pena experimentamos su partida, el 31 de mayo de 2017, por causas naturales.
Las numerosas expresiones de cariño y gratitud por parte de la comunidad y amigos de la zona, incluso desde Nueva Imperial, marcaron la partida de nuestro papá, a quien sus nietos-as, hijos-as familiares, amigos, dirigentes, autoridades y gente de la comunidad le despedimos con gran amor y gratitud. DESCANSA EN PAZ AMADO PAPÁ (Chillán, junio de 2017)

16 de julio de 2012

Edgar Perramón, un caballero del periodismo



 12 Julio 2012 23:58
Escrito por LaDiscusión.cl
Por: Alejandro Witker

Pocas veces he conocido a una persona mejor dispuesta para servir a los demás, sin fronteras ideológicas o sociales, sin esperar nada a cambio y guardar luego una admirable discreción, sobrio y siempre fino, atento con todo el mundo. Un caballero a la antigua de esos que ya no vienen, como se diría en la economía de mercado de nuestros días.



Edgar Perramón tenía muchos merecimientos profesionales; pero su condición humana es tan excepcional, que si existiese un Premio Nacional para reconocerla, lo habría ganado antes que en el periodismo.



La vida enseña a calibrar a la gente y el tiempo confirma, una y otra vez, que ciertas cualidades humanas no abundan en la Viña del Señor y por eso, cuando uno ha tenido la suerte de compartir grandes compromisos con seres humanos de  tan buena madera no puede sino congratularse de ese hallazgo excepcional.



Edgar Perramón Quilodrán, nació en Imperial el 9-VII-1930. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Nº 1 de Nueva Imperial. Cursó hasta tercer año en el Liceo de esa ciudad, ingresó a la Escuela Normal de Chillán, se tituló en 1949. Pero su temprana pasión por la lectura y la escritura lo llevó rápidamente al periodismo.



Esa vocación encontró alero en La Discusión y aliento en un maestro en ese oficio, Alfonso Lagos Villar a quien llamó la atención la precoz madurez del aprendiz, su pasión por los libros y su extraordinaria capacidad para aprender de los mayores, no sólo los saberes de la ilustración, también de su experiencia.



Desde que conocí a Edgar allá por los comienzos de los años 50, me llamó la atención su disposición para relacionarse con gente mayor a todos los que atendía con especial respeto. “Estos viejos saben mucho, porque han navegado en todos los mares…”, decía. Creo que su temprano ingreso a la Masonería (1952), le dio la oportunidad de relacionarse con gente mayor de la que sin duda se nutrió con ricas vivencias.



Se incorporó al Instituto Comercial de Chillán (1951-1965) donde ejerció la docencia y funciones administrativas en las que pronto se ganó el respeto, por su cultura bastante por sobre el promedio de sus colegas, pero también por sus atributos personales de verdadera excelencia.



Sin embargo, fue en el periodismo donde se fue abriendo paso por su cultura, criterio, responsabilidad y honestidad. Ingresó a La Discusión en 1948. Desde la sub dirección del diario fue un colaborador inapreciable para Alfonso Lagos Villar bajo cuya batuta fue creciendo hasta convertirse, con plena anuencia del director, en el mentor intelectual del diario. La página editorial era su contribución mayor, desde luego con textos siempre documentados, constructivos y relaciones con colaboradores que siempre encontraba entre sus múltiples amistades.
Esta performance periodística, eficiente y constante, le abrió paso al Premio Nacional de Periodismo (1971), el segundo conquistado por este singular diario, el segundo más antiguo de Chile después de El Mercurio de Valparaíso.



En la línea periodística que Alfonso Lagos Villar impuso a La Discusión, como cauce y tribuna de las necesidades y anhelos de la provincia, Edgar elaboró, impulsó y concretó un gran proyecto que marcó una senda histórica en Ñuble: la creación de la sede en Chillán de la Universidad de Chile (1965). Tuve la oportunidad de colaborar con Edgar en esta iniciativa y fui testigo de su entrega a la tarea con sus mejores armas: cultura, criterio, responsabilidad y una extraordinaria capacidad para concertar voluntades.



Llegó la hora de la instalación de la sede y cuando todos esperaban reclamara un lugar de privilegio con todos los merecimientos, dio una lección de grandeza: no pidió ni aceptó cargo alguno. Fui testigo como las autoridades universitarias, conocedoras que era el motor de la impresionante movilización ciudadana que respaldó la iniciativa y que su presencia en el equipo directivo sería indispensable para asegurar buenos resultados, le ofrecieron el cargo de director de Difusión Cultural. Con una generosidad y lealtad poco común respondió que la persona indicada para ocupar ese cargo era yo. La propuesta fue aceptada y el propio rector Eugenio González me encomendó que convenciera a Perramón para integrarse del equipo fundador de la sede chillaneja de la Universidad de Chile. Por fin aceptó y tuvimos la satisfacción de trabajar en múltiples tareas que forjaron una noble amistad.



Desde la dirección de Difusión Cultural de la Universidad de Concepción pude contar con su permanente colaboración, incluso le solicitamos publicar un reportaje periodístico al general Carlos Prat que, como se sabe, era originario de Talcahuano y cumplía en ese tiempo un rol importante en la vida nacional.



El drama de 1973 puso a prueba aquella amistad. Edgar fue detenido y maltratado sin que se le pudiera probar ninguna responsabilidad; en rigor, su personalidad y conducta era un escudo demasiado contundente y fue puesto en libertad. No es este el lugar para narrar circunstancias tan ingratas; sin embargo, baste decir que Edgar brindó un verdadero ejemplo de lealtad y coraje.



Los amigos le abrieron las puertas en el exterior. Se radicó en Alemania, donde hizo su perfeccionamiento profesional en el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales. Instalado en Venezuela estableció una amplia red de relaciones y se integró con fuerza a la Masonería venezolana. Se convirtió en un estudioso de personajes centrales de la historia de ese país: Miranda y Bolívar. Destacó por sus escritos y conferencias sobre estos próceres, recibió condecoraciones y reconocimientos por su labor cultural. Fue designado miembro de la Comisión Venezolana del Estado Miranda para la conmemoración de los 250 años del natalicio de Francisco de Miranda (2000).



Continuó sus afanes periodísticos en diversos medios rodeado del afecto de quienes tuvimos el privilegio de ser sus amigos y que, una vez más, me permitió contar con su colaboración. Aceptó con gusto colaborar con nosotros en la preparación del libro Armando Lira 100 años (2003), aprovechando su largo exilio venezolano y sus múltiples relaciones que ayudaron a recuperar buena parte de la obra de este pintor ñublensino que obtuvo en ese país el Premio Nacional de Pintura (1959), libro en cuya presentación contamos con su presencia en Chillán Viejo. A sus afanes se debe la instalación de un gran busto de Francisco de Miranda en la Biblioteca Municipal de Chillán Viejo con cuyo alcalde Julio San Martín colaboró en numerosas iniciativas.



En suma, este muchacho venido de Nueva Imperial para estudiar en Chillán brilló en esta tierra como un gran periodista y una gran persona. Se enamoró de Chillán y se hizo chillanejo a tal punto, que desde Caracas seguía paso a paso el acontecer de esta tierra a la que quiso con todo su generoso corazón.



El 10 de junio del presente año falleció en Caracas. La noticia nos dejó abrumados. Chile perdía a un Premio Nacional, Chillán a un forjador fecundo, nosotros a un amigo de toda la vida.

Fuente: http://www.ladiscusion.cl/index.php/vidaycultura/109-cultura1230166962/14681-edgar-perramon-un-caballero-del-periodismohttp://www.ladiscusion.cl/index.php/vidaycultura/109-cultura1230166962/14681-edgar-perramon-un-caballero-del-periodismo
Mi email es audigavi9@hotmail.com * En Facebook por "Audito Gavilán Tapia"

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