LO QUE CUENTAN LOS ESCRITORES DE CHILE Y SU GENTE
Los historiadores saben que no es fácil, en un par de frases, interpretar todo lo que sobre Chile cuentan nuestros escritores y poetas. Empresa difícil sería recopilar todo aquello y si se lograra, tendríamos una muy voluminosa antología de innumerables autores.
Tierra y hombre interactuando en una larga y angosta faja de tierra, dicho metafóricamente, en un territorio que es como una espada colgada al cinto de América del Sur, como decía mi profesor de historia.
Ellos, los escritores, han contado la vida de nuestros antepasados, sus luchas por defender lo que les pertenecía, con la audacia de un Lautaro y el sacrificio de un Galvarino o Caupolicán como lo describe Ercilla en su "Araucana", o defendiendo sus reivindicaciones como los mineros caídos en
Pero también, los hombres rudos de nuestros campos han sufrido atropellos y usurpación de sus predios, como lo escribe Manuel Guerrero en "Tierra Fugitiva" o que pasaron terribles dramas, a veces sangrientos como en "Ránquil" de Reinaldo Lomboy o en "Flor Lumao" de Lautaro Yankas, igual en "Frontera" de Luis Durand y también en "
Para qué hablar del dolor de los hombres que arrancan el carbón de debajo del mar como lo narra Baldomero Lillo en "Sub-terra" y en otros cuentos mineros; o aquellos que desafían al mar para descubrir nuevas rutas o para cazar la ballena más grande, como lo describe Francisco Coloane en "Cabo de Hornos" u Osvaldo Wegmann en "Tierra de Alacalufes".
Nuestros novelistas, en particular, han contado nuestra verdadera identidad, la de nuestra gente con sus debilidades y virtudes; la historia de nuestros hombres y mujeres sin fecha ni frases trascendentales, es decir, el pueblo mismo, como lo retrata Alberto Cabero en "Chile y los Chilenos".
Gabriela y Pablo, nuestros Premios Nobel, descorrieron el velo y el mundo conoció a este recóndito Chile acunado entre Los Andes y el Pacífico; entre el desierto y los hielos antárticos.
Gracias a la globalización y a las autoridades que gobiernan al país, Chile, dejó de ser un desconocido y hoy, se da la mano con las demás naciones del orbe, buscando acuerdos y cooperación con reciprocidad como lo señala José Miguel Insulza en su obra "Globalización, Nación y Región".
Este es nuestro Chile, el que soñaron nuestros próceres que, hoy camina con paso firme y decidido ya a las puertas del bicentenario de su independencia.
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