“De un repentino tajo cayó nuestro paraíso, / rodó cercenada la razón de nuestro canto” Así rezan en parte los versos del poeta Juvencio Valle en su libro "Nuestra tierra se mueve", duramente impresionado por el terremoto de 1960 en la región de la Araucanía. Autor que recordamos hoy 27 de febrero del 2015 a cinco años del terremoto del 27F.
El siguiente artículo fue escrito para la revista Cauce Cultural edición N° 27 de 1999 ante el fallecimiento (12 febrero 1999) del escritor y Premio Nacional de Literatura año 1966, Juvencio Valle, que conociera en vida quien escribe, el bibliotecario y Concejal de Chillán Viejo, Audito Gavilán Tapia.
Audito Gavilán
Tapia
Bibliotecario
En Revista Cauce Cultural – Año XXXVI – Primer
Semestre 1999 Nº 74 – Pág 27 y ss.
La noticia de la muerte del poeta Juvencio Valle a los
98 años de edad golpeó fuertemente a quienes tuvimos el privilegio de conocerlo
y compartir con él más de una vez.
Así como en silencio, en silencio se nos fue.
Como coterráneo, deseo en esta nota, señalar aspectos
de su vida y del lugar donde nació, tal vez desconocidos.
Para una mejor comprensión retrocedamos hacia la
primavera de 1900, Cerca de Nueva Imperial, Novena Reglón, a cuatro kilómetros
hacia el sur, por sobre las riberas acantiladas del río Cautín, se levanta el
villorrio de Villa Almagro.
A fines del siglo XIX y principios del XX. Almagro
tuvo mucha Importancia. Era centro comercial y agrícola de una amplia zona que
se extendía hasta el río Toltén por el sur y hasta el mar por el poniente. Era
tránsito obligado hacia Nueva Imperial y Temuco. En esos tiempos no existía
puente sobre el Cautin y se cruzaba el río en lancha o balsa. Los jinetes
avezados gustaban vadearlo en sus cabalgaduras. Se cuenta que Juvencio una vez,
también lo hizo acompañando un funeral.
Afluían a Villa Almagro muchos caminos y senderos por
donde transitaban campesinos, mapuches, comerciantes y aventureros.
Del oriente llegaban las rubias mapuchitas de Boroa,
luciendo hermosos trariloncos y pintorescos pañuelos. Del sur, agricultores de
Nohualhue-Huilío, Bolonto, traían sus arreos de animales, productos de
chacarería, trigo y rojos copihues. Del poniente llegaban las brisas del mar,
del lago Budi productos marinos y el fru fru de los cisnes de cuello negro que
inspiraron a Augusto Winter su famoso poema "La fuga de los cisnes".
Cisnes de cuello negro en Lago Budi en visita reciente del autor del artículo (2014) |
Villa Almagro estaba dividida en dos poblaciones, por
el estero Cancura. A poco más de ciento cincuenta metros del río, camino a Huilío
existía el año 1900 una amplia casa con balcones saturados de geranios. Detrás
de la casa, el huerto frutal, las hortalizas y un parrón, que daba sombra y
frescura. Desde ahí se veía la Iglesia, hoy en medio de un pinar.
Aquí, en este villorrio y en esa casa, nació el 6 de
noviembre de 1900 Juvencio Valle, inscrito en el Registro Civil como Gilberto
Concha Riffo, hijo de don Juan Segundo y de doña Rosalía.
Visita de nieto del poeta a la casa natal |
Poco tiempo permanecieron en Villa Almagro, ya que el
padre decidió trasladarse con su familia a un predio en el lugar llamado
Bolonto.
Bolonto dista dos a tres leguas de Villa Almagro.
Pronto este lugar vio crecer un vergel. En sus suaves lomas se levantó una
bella morada totalmente en madera rodeada de jardines y de una laguna artificial.
Poco a poco se fueron construyendo galpones, dependencias y un molino, al cual
concurrían campesinos y vecinos de la comarca.
En estas apacibles praderas, bosques, cerros y tupidos
matorrales corren los primeros años de Juvencio Valle. Vivía en un medio
rodeado de mapuches.
En las noches lluviosas, de grandes temporales, junto a
la gran chimenea reunida, la familia solía escuchar a sus padres leyendas,
costumbres y ritos mapuches. Todo esto le parecía extraño y agresivos sus
malones. Muchas veces soñó con las rubias cautivas de Boroa, Tuvo temor a los
mapuches, pero a medida que pasaban los años, fue comprendiéndolos y terminó
haciéndose amigo de ellos.
Así fue formándose Juvencio Valle, temeroso frente a
lo desconocido. Sin embargo, el paisaje lo dominaba. Sus ojos se paseaban
contemplando los bosques, los cerros, las llanuras. Su reino encantado era la
naturaleza. Los bosques, los ríos y los pájaros constituían su paraíso.
La pureza del paisaje perdurará en su vida. Adulto,
evocará el bosque austral, los temporales gigantescos de la Frontera; la
cristalina pureza de los ríos y lagos.
De ahí que su vena poética lo constituyan los bosques,
los sátiros, los dioses, los eternos ciclos de la naturaleza.
Antiguo Imperial |
Juvencio conoce las primeras letras en su casa, pero
los estudios sistemáticos los inicia en 1910 en la ciudad de Nueva Imperial. Al
año siguiente pasa al Liceo de Hombres de Temuco, cuyo rector era don Tomás
Guevara. Era el Liceo, según Juvencio "una enorme construcción de madera.
Por las paredes llovidas crecían hongos vegetales y las tejas se cubrían de
musgos verdosos, debido a la inmensa humedad acumulada..."
Cisnes de cuello negro en Lago Budi (Visita año 2014) |
Fue en Temuco donde conoció a Pablo Neruda en 1911.
Tenía Neruda por ese entonces, siete años de edad. Delgado, moreno y tan tímido
como Juvencio. Se hicieron grandes amigos y fueron compañeros de banco en la
sala de clases. Fue precisamente Neruda quien, más tarde, lo llamará
"Juvencio Silencio".
Juvencio leyó mucho en su niñez: cuentos de hadas y
dragones, en ediciones Calleja. Luego a Salgari, Verne y un mundo de aventuras.
En Bolonto, bajo la sombra de centenarios robles, se
inicia en la lectura de Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de la
Cruz, Quevedo, Lope de Vega, Góngora. Su mal estado de salud lo hace permanecer
en el campo.
Los primeros versos los escribe a los catorce años y
son según él mismo, "terriblemente románticos".
A los dieciocho años viaja a Santiago. Conoce al poeta
Domingo Gómez Rojas. Vive en una sola pieza que comparte con su hermano
Fernando, estudiante de Medicina.
Poco a poco empieza a relacionarse con escritores. Sus
poemas inéditos sumaban grandes cantidades de carillas. Aún no había tenido
oportunidad de publicarlos. Por fin, la Revista Letras, dirigida por Salvador
Reyes, le publica en 1928 una página entera. Colaboraban en esa revista, entre
otros, Ángel Cruchaga Santa María, Luis Enrique Délano y Manuel Hübner.
Al año siguiente, 1929, aparece su primer libro
impreso "La Flauta del Hombre Pan".
Por aquellos años se publicaba en Nueva Imperial
"El Ideal", un periódico semanal que dirigía don Apolinario Riquelme
a quien conocí como un hombre aficionado a las letras. Allí colaboraba
Juvencio.
Entonces don Apolinario, queriendo pagarle por su
colaboración, decide regalarle la edición de "La Flauta del Hombre
Pan" con una tirada de 150 ejemplares.
Después de esta fecha, hizo continuos viajes a
Santiago, contactándose con escritores como Julio Barrenechea y Tomás Lago.
Recibe estímulos por su poesía de parte de Neruda, que había regresado de la
India.
Publica a fines de 1932, en Editorial Nascimento su
"Tratado del Bosque". Provoca grandes críticas y algunas
intencionadas. Neruda sale en su defensa a propósito de un comentario de Alone
aparecido en "La Nación" y de Alfonso Reyes Mesa, en "Los Tiempos".
En 1933 se radica definitivamente en Santiago; hizo
clases en algunos colegios, recomendado por Rubén Azocar.
Algún tiempo después, su hermosa casa de Bolonto es
destruida por un voraz incendio.
Años después, en Europa, la Guerra Civil ensangrentaba
España. Juvencio siente una irresistible tentación de viajar a dicho país y
combatir por la República.
Un día se encuentra con su amigo Andrés Serrano Palma,
que había comprado un pasaje de primera en un barco que se dirigía a Europa. Al
conocer los deseos que animan al poeta, Serrano decide devolver el pasaje y
comprar dos de tercera clase. Así logra partir a España. Lleva cartas de
Neruda, para connotados intelectuales republicanos.
Ya en España, un cierto día, cayó una bomba cerca del
lugar donde se hospedaba (recordemos que se había comprometido a enviar
crónicas a la Revista "Ercilla" y era, además, corresponsal de
"La Opinión"). Fue al lugar del suceso, vio tranvías ardiendo,
cuerpos carbonizados, caras humeantes. De improviso, un soldado le apuntó el
pecho con una pistola y lo obligó a cargar sobre su espalda, a un hombre que se
moría en la puerta de la estación del Metro. Caminó, llevando al hombre a
cuestas, hasta que se dio cuenta que había muerto. Dejándolo en tierra, corrió
por la ciudad y llegó al campo.
Tendido sobre la hierba añoró a su país, en esos días
sin guerras ni muertes en las calles. Se fue a Madrid y se puso a disposición
de la Alianza de Intelectuales. Todo estaba perdido. La República sucumbía,
ante el sangriento avance del fascismo.
Tomado prisionero lo encerraron en la cárcel de
Porlier (13 de junio de 1939). Lo dejaron en libertad después de tres meses y
medio, entregándolo a la Embajada de Chile, con orden de abandonar España.
En agosto de 1940 ingresa como funcionario de la
Biblioteca Nacional, en la Sala Francia, reemplazando al poeta Ángel Cruchaga
Santa María.
En 1941 es premiado en un concurso organizado por la
Municipalidad de Santiago, con motivo del Cuarto Centenario de la fundación de
la capital, por su libro "Nimbo de Piedra". Al año siguiente, contrae
matrimonio con doña María Gálvez Urzúa.
En 1949 es premiado por su libro inédito "El hijo
del guardabosque", en un concurso organizado por la Alianza de
Intelectuales de Chile.
En 1951 publica "El hijo del guardabosque",
con el que obtiene el Premio Municipal.
Viaja a Uruguay en 1957 donde dicta conferencias sobre
el sur de Chile y su poesía. El mismo año viaja a Rumania, Austria y Francia.
El año 1958 visita Nueva Imperial y es declarado Hijo
Ilustre, siendo alcalde de la comuna don Lincoyán Oyanader, quien le hace
entrega simbólica de las llaves de la ciudad.
Actual Plaza de Armas de Nva. Imperial. Visita reciente de Audito Gavilán (2014) |
En esa oportunidad, Juvencio Valle me honró
obsequiándome uno de sus poemas, que publicaría más tarde: "Obrera de la
mano cristalina":
"Obrera de la mano cristalina/ grácil y melodiosa
alumbradora/ acércame la luz en esta hora/ en que la noche oscura se
avecina".
La Editorial Nascimento le publica en 1960 "Del
Monte en la Ladera". Ese mismo año, el sur de Chile se estremece con los
sismos de mayo. Impresionado, escribe en un mes, los poemas de su libro "Nuestra
tierra se mueve".
En 1961 recibe el Premio Bienal de Poesía "Jerónimo
Lagos Lisboa" de la SECH, por su libro "Del Monte en la Ladera".
En 1962 viaja a Isla de Pascua en comisión de la
Corporación de la Vivienda y se publica la segunda edición de "Tratado del
Bosque".
En 1966 Juvencio Valle es galardonado con el Premio
Nacional de Literatura. El jurado fue presidido por don Eugenio González Rojas,
en ese entonces rector de la Universidad de Chile, que tuvo en consideración
tres aspectos.
1a Mantenimiento de una tradición clásica que se
vierte sobre lo nacional.
2- Continuidad del trabajo poético en una línea
creciente de calidad y,
En 1970 el Gobierno del Presidente Salvador Allende lo
nombró Director de la Biblioteca Nacional y de la Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos (DIBAM); por aquella época escribió su "Grito en el
Cielo", en el que critica, en voz alta, la burocracia oficinesca y el
protocolo.
Desempeñándome como gobernador del departamento de
Imperial, lo invité a que visitara una vez más su pueblo; me correspondió
pronunciar el discurso de homenaje y lo declaramos Hijo Benemérito. Luego se
dirigió a Villa Almagro; allí se reencontró con los bosques, las aguas, los
pájaros que inspiraron su poesía y saludó a antiguos vecinos que conociera en
su infancia. Visitó Boroa "Centro de la Araucanía Virgen", la de los
conventos capuchinos y de "las misas cristalinas", donde compartió
con los religiosos y los alumnos de la escuela del lugar.
Con su muerte ocurrida el 12 de febrero de este año,
las letras nacionales pierden a un trovador, que cantó al bosque, a la naturaleza
y a la vida silvestre de Chile.
Mi email es audigavi9@hotmail.com * En Facebook por "Audito Gavilán Tapia"
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