Miguel Angel San Martín
Especial para La Discusión
Chillán, 19 de enero de 2007
Mario Jara Garrido- Productor
El pasado viernes 19, en el teatro Municipal, se estrenó el documental
Cinematográfico “1939, Chillán Desaparece”. A continuación un
extracto de la presentación que tuve el honor de hacer.
miguel angel san martin miguelangelsanmartin@gmail.com
Sábado, 20 de Enero de 2007
“1939, Chillán Desaparece”es un documento audiovisual imprescindible si se quiere conocer la verdadera Historia de nuestra ciudad. A medida que pasan los años y la memoria se hace más compacta, documentos como éste nos obligan a pronunciarnos nuevamente sobre nuestra trayectoria, a renovar nuestros compromisos, a plantearnos con idea positiva nuestras acciones de futuro. Porque el futuro se construye sobre experiencias. La historia nos obliga a caminar por terrenos nuevos, pavimentados con el dolor de nuestros antepasados. Y, por lo tanto, nos debemos comprometer a ser dignos de ese sacrificio.
Debemos dar gracias a dos jóvenes, Mario Jara –realizador- y Cristián Venegas –productor- por entregarnos en formato audiovisual esta nueva enseñanza del pasado. Con el permiso de Venegas, gran gestor de la cultura, permítanme que me refiera un poco más a Mario Jara. Porque es un joven experto en comunicación audiovisual de 36 años, cuya familia desapareció casi por completo bajo los escombros del 39, y que sin embargo supo contener sus emociones personales para buscar, rastrear, escudriñar en la historia los documentos, fotos, periódicos, películas que nos permitirán recordar hechos pasados y sorprendernos ante otros que hasta ahora nos eran desconocidos.
Con una rigurosidad propia de los grandes investigadores, Jara fue encontrando esos materiales y recogiendo testimonios que los estudió minuciosamente, los clasificó, ordenó y definió, para realizar después de nueve meses de arduo trabajo, su primera película que es, de verdad, necesaria y excepcional. Todo esto, junto a un guión sencillo y claro, sin mayores pretensiones que las de aportar al conocimiento la verdadera historia de la otra tragedia de Chillán. Porque los grandes sucesos de la historia prácticamente no necesitan de guiones para ser explicados.
Ahora bien, a partir de este documento, permítanme que tenga la audacia de proponerles una apresurada reflexión personal. Más bien, una insinuación de ideas que me han ido brotado desde la primera vista de este documental.
En primer lugar, me congratulo de que en nuestra ciudad se le haya dado la oportunidad a un par de jóvenes talentos para demostrarnos la calidad de su trabajo, de su arte. Porque es arte lo que tendremos en la pantalla dentro de unos minutos. Junto con decir eso, a la vez me pregunto: ¿a cuántos jóvenes talentos se les ha dado o da oportunidades similares para demostrar sus capacidades?.
En primer lugar, me congratulo de que en nuestra ciudad se le haya dado la oportunidad a un par de jóvenes talentos para demostrarnos la calidad de su trabajo, de su arte. Porque es arte lo que tendremos en la pantalla dentro de unos minutos. Junto con decir eso, a la vez me pregunto: ¿a cuántos jóvenes talentos se les ha dado o da oportunidades similares para demostrar sus capacidades?.
La desgracia vivida en 1939, así como la de 1835, han obligado a refundar varias veces a nuestra ciudad…si, pero refundarla urbanísticamente, porque cultural o socialmente, ¿hemos impulsado de verdad nuevas formas de vida, de convivencia, de desarrollo integral, de creación con alas capaz de volar por los confines de la cultura?.
En aquellos momentos de silencio negro, de roja oscuridad, de hedor amarillo y de cielos marrones, nuestros sobrevivientes fueron capaces de responder con heroísmo a la tarea de sepultar a tanto ser querido, de tapar la angustia y el dolor, de secar las lágrimas para mirar hacia el futuro con vista prístina. De cimentar el futuro sobre más de la mitad de la población e invitarnos a caminar de nuevo por la senda del crecimiento y del progreso.
Sin embargo, al pasar los años, tras la sutura de las heridas del alma, miramos hacia atrás y sólo vemos un bosque ralo, con algunas especies excepcionales cimbreantes en la historia, pero sin la construcción de aquel edificio sólido que se transformara en orgullo de nuestro Chile.
En aquellos momentos de silencio negro, de roja oscuridad, de hedor amarillo y de cielos marrones, nuestros sobrevivientes fueron capaces de responder con heroísmo a la tarea de sepultar a tanto ser querido, de tapar la angustia y el dolor, de secar las lágrimas para mirar hacia el futuro con vista prístina. De cimentar el futuro sobre más de la mitad de la población e invitarnos a caminar de nuevo por la senda del crecimiento y del progreso.
Sin embargo, al pasar los años, tras la sutura de las heridas del alma, miramos hacia atrás y sólo vemos un bosque ralo, con algunas especies excepcionales cimbreantes en la historia, pero sin la construcción de aquel edificio sólido que se transformara en orgullo de nuestro Chile.
Debemos, en consecuencia, plantearnos la autocrítica en forma descarnada y generosa. Y debemos replantearnos el accionar de tal manera de que seamos dignos depositarios de la historia que hoy se remueve con un documental cinematográfico.
Ahora debemos ver y mirar este documento audiovisual.
Ver para no olvidar.
Mirar para renovar esfuerzos que marquen nuevas esperanzas.
Miguel de Unamuno dijo una vez: “Jamás desesperes, aún estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes cae agua limpia y fecundante”.
Hoy nos cae agua limpia y fecundante desde las nubes que nos ofrece un joven cineasta.
El escritor griego Menandro de Atenas afirmó: “En la adversidad, una persona es salvada por la esperanza”.
Hoy nosotros reconocemos que no vivimos en la adversidad, pero debemos tener la certeza de que no vamos a necesitar caer en ella para poder reaccionar y potenciar nuestras esperanzas de un mañana más luminoso.
El poeta inglés Alfred Tennyson, reflexionó: “Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo si en el empeño ponemos coraje”.
Y yo les invito ahora, con la audacia de un modesto periodista que se apoya en tan bellos pensamientos, para que seamos capaces de recoger las enseñanzas del ayer, basadas en las tragedias que la naturaleza nos ha traído, y unamos nuestras esperanzas de futuro con el coraje suficiente para concretarlas.
En definitiva, convertir los sueños en realidad y ser dignos de aquellos que hoy no están y que con su sangre han regado las calles y los campos de Ñuble.
Fotos: Luis Gavilán Rojas www.chillanhumano.tk
Ahora debemos ver y mirar este documento audiovisual.
Ver para no olvidar.
Mirar para renovar esfuerzos que marquen nuevas esperanzas.
Miguel de Unamuno dijo una vez: “Jamás desesperes, aún estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes cae agua limpia y fecundante”.
Hoy nos cae agua limpia y fecundante desde las nubes que nos ofrece un joven cineasta.
El escritor griego Menandro de Atenas afirmó: “En la adversidad, una persona es salvada por la esperanza”.
Hoy nosotros reconocemos que no vivimos en la adversidad, pero debemos tener la certeza de que no vamos a necesitar caer en ella para poder reaccionar y potenciar nuestras esperanzas de un mañana más luminoso.
El poeta inglés Alfred Tennyson, reflexionó: “Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo si en el empeño ponemos coraje”.
Y yo les invito ahora, con la audacia de un modesto periodista que se apoya en tan bellos pensamientos, para que seamos capaces de recoger las enseñanzas del ayer, basadas en las tragedias que la naturaleza nos ha traído, y unamos nuestras esperanzas de futuro con el coraje suficiente para concretarlas.
En definitiva, convertir los sueños en realidad y ser dignos de aquellos que hoy no están y que con su sangre han regado las calles y los campos de Ñuble.
Fotos: Luis Gavilán Rojas www.chillanhumano.tk
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